En la hipocondría aparecen pensamientos recurrentes acerca de la posible enfermedad, recibir el diagnóstico, el tratamiento, el deterioro y la muerte, causando elevada ansiedad y preocupación.

Además, las personas que sufren de hipocondría suelen estar muy vigilantes a su propio cuerpo, localizando toda su atención en cualquier sensación o cambio que sugiera que se está padeciendo cierta enfermedad.

Al hacer esto aprenden a atender selectivamente a aquellas sensaciones que concuerdan con lo que temen, creando asociaciones incorrectas que refuerzan sus miedos. Por ejemplo, si el temor principal es padecer un cáncer de garganta, la persona hipocondriaca focalizará su atención en su garganta, haciendo esfuerzos indebidos a la hora de tragar y notando mayor sensación de incomodidad en su garganta, lo que le hará creer que efectivamente tiene un tumor en la garganta.